Francisca Rodríguez A. Escritora y Psicóloga. |
Memorias fragmentadas y Microficción
(Francisca Rodríguez A.)
Para los regímenes
totalitarios “todo acto de reminiscencia,
por humilde que fuese, ha sido asociado con la resistencia antitotalitaria”
(Todorov, 2000; pág 14).
“Astillas de hueso” es un libro de microcuentos que nos presenta las memorias vinculadas
al trauma psicosocial de la única manera en que pueden ser transmitidas: a
pedazos. En trozos. Fragmentadas.
La memoria colectiva es una representación del pasado construida en el
presente y compartida por varias generaciones, que se elabora en la
comunicación con los otros y que se encuentra enmarcada por un determinado
contexto social. De esta manera, la construcción del pasado no está determinada
de un modo irrevocable y cuando aparecen nuevos hechos que se relacionan con
él, pueden surgir reinterpretaciones y cambios en las narrativas (Jelin, 2002).
Los aniversarios de hechos considerados significativos son algunos de
los momentos que visibilizan la memoria, con la realización de conmemoraciones
y manifestaciones (Jelin, 2002).
No es casualidad que nos hayamos reunido un 4 de septiembre para
presentar “Astillas de Hueso”, la
misma fecha en la que hace 44 años fue elegido Salvador Allende como presidente
de la República. Tampoco es casualidad que la primera edición de este libro, del
año 2013, fuese de circulación restringida y haya sido entregado de mano en
mano, como una forma de conmemorar los 40 años del Golpe Militar en Chile,
recordándonos también cómo circulaban entonces ciertos libros considerados tan
peligrosos como las armas. E incluso más.
La memoria se torna crucial cuando se vincula a eventos traumáticos,
como las situaciones de terrorismo de Estado. Una de las consecuencias de la represión política, es la
instalación del trauma psicosocial, que deshumaniza “las relaciones sociales
más fundamentales” (Martín-Baró, 1990, pp 16).
Cuando se utiliza la intimidación para
gobernar, ya sea a través del discurso político de la autoridad o bien, por
medio de acciones represivas hacia la población por parte del Estado, la
representación colectiva que los miembros de la sociedad tienen de sí mismos y
de dicha sociedad se ve afectada. Las relaciones sociales son invadidas por la
desconfianza, el abuso de poder, la delación y la inestabilidad. La vida cotidiana
se transforma ante la posibilidad de experimentar dolor y sufrimiento, así como
la muerte propia y de otros cercanos (Lira y Castillo, 1991) y el silencio se impone como una obligación, al tener que callar para no
ser víctima de violaciones a los derechos humanos.
Al ser de un horror tan inimaginable, el psiquismo no alcanza a
simbolizar la experiencia y las palabras no facilitan su transmisión. La represión
política se vuelve decisiva en cómo se construyen esas memorias, marcando aquello
que se puede o no recordar, callar, olvidar o elaborar y emerge otro tipo de
silencio, el que intenta evita la transmisión transgeneracional de los
sufrimientos vividos, con el afán de mantener a los otros a salvo de esto
(Jelin, 2002).
Aún así, la memoria no intencionada se filtra por los resquicios, o por
“La grieta en el muro” tras un
terremoto, como señala la escritora. Al estar cruzada por el silencio y ante la
falta de una política de la memoria, su articulación se ve interrumpida. Existe
una memoria disgregada y parcial, que obstaculiza que el recuerdo pueda
circular libremente.
Astillas de la memoria
Este es un libro que conmueve, que estremece. Página a página, los
microcuentos que conforman este libro van develando algunos de los fragmentos
de la memoria.
En los textos “Fronteras del
territorio” y “Ensacados” recrea algunas
de las prácticas utilizadas para negar, distorsionar, encubrir y acallar el
recuerdo, que van desde la tergiversación de la información y el monopolio de
los medios de comunicación, hasta la forma más extrema de eliminación de la
memoria: la de aniquilar de todas las maneras posibles a aquellos sujetos
portadores de ésta.
Cada microrrelato
evidencia una cuidadosa selección de palabras y frases que dan cuenta de la
intención de la autora por rescatar elementos de nuestra memoria colectiva,
como ocurre en el caso del texto “Fondeo”,
en el que da cuenta del origen de una palabra y el cambio en su acepción, todas
vinculadas con la violencia política. En el microcuento “Intrínsecamente inverosímil IV”, teje un discurso en el que integra
frases de épocas más recientes, que recuerda a cierto senador de derecha que
acuñó la frase de “inútiles subversivos”.
Con el texto “Mano dura”, dan cuenta
de los símbolos utilizados por la dictadura chilena como parte de los
mecanismos de intimidación de la población.
En “Brigada azul” y “El príncipe” retrata, desde la
perspectiva de los agresores, el desprecio por la vida humana y la negación del
carácter humano del Otro, que es considerado un enemigo, característico de las
situaciones de represión política y tortura.
La retraumatización se hace manifiesta cuando lo que plantean las
versiones oficiales contrasta con las significaciones que circulan en la
sociedad. Dicho contraste queda al desnudo en la serie de textos “Intrínsecamente inverosímil” y “Dictamen forense”.
En “Ley de amarre” y “Código de silencio”, la autora retrata la
impunidad, que junto al silencio y el olvido, ejes centrales de las políticas
post-dictaduras, han imposibilitado “la elaboración colectiva, haciendo que los
efectos de la etapa del terror se mantuvieran activos hasta nuestros días”
(Giorgi, 1995, en Scapusio, 2006, pp 16).
Así, el contexto de impunidad es el principal mecanismo de perpetuación
del trauma en las nuevas generaciones, perturbando los procesos de duelo de la
sociedad y la reparación de las víctimas de los regímenes totalitarios
(Madariaga, 2003).
No obstante, “Astillas de hueso”
también muestra algunos intentos tardíos por hacer justicia, como señala el
texto “Patio 29” o “Sentencia”, que la describe dejando “huellas torcidas que no se borraban de la
memoria”.
Si bien varios de los textos abordan la memoria reciente de nuestro
país, la autora logra trenzar a lo largo del libro las memorias traumáticas
pertenecientes a otros tiempos, como el texto “Cementerio 2” y “Tiro al
blanco”; y las memorias de otros pueblos, como los mexicanos,
guatemaltecos, rusos y griegos, entre otros.
Así vuelve a parecer “Lena”, la leona con la lengua cortada; “Los jinetes negros de Iván” y su semejanza con la caravana de la
muerte; “Las cruces de Santiago de
Atlitán” y el dolor de Guatemala; el miedo que provocaban los Kaibiles y su vinculación con la Escuela de las Américas y Estados
Unidos.
Son varias las alusiones a la historia y cultura
mexicanas, como con “Xipe totec, el
desollado”, la plaza de Tlatelolco y ese 2 de octubre que no se olvida y “Tehuacanazo”. Cabe mencionar que la primera edición de este libro iba dentro de una bolsa de tela,
emulando a los tlaquimilolli, que como es narrado en tres de los textos, eran
los atados de huesos de sus antepasados que los mexicas cargaban en la espalda
cada vez que se trasladaban, con la idea de que sus muertos les pertenecían y
eran parte de su historia.
Este es un libro que logra integrar la memoria nacional con la memoria
de otras naciones, mostrando un abanico en el que la historia de las
violaciones a los derechos humanos emerge transversal a cualquier cultura. Es
un texto que logra mostrar la universalidad de algunas situaciones, saliendo de
la literalidad de la memoria e intencionando una memoria ejemplar, que sin negar la unicidad del hecho, se puede
traducir en aspectos más generales, comparable a otras situaciones, destacando
semejanzas y diferencias. Este es un libro que contribuye a que el pasado pase
a ser una guía de acción para el futuro, mientras el recuerdo se transforma en
un ejemplo generador de aprendizajes (Todorov, 2000).
Referencias
Aguilera, G. (2013) Astillas de hueso. Santiago de Chile:
Ed. Sherezade.
Jelin, E. (2002).
Los Trabajos de la Memoria. España: Ed. Siglo veintiuno.
Lira, E. y Castillo, M.I. (1991). Psicología de la amenaza política y del
miedo. Santiago de Chile: Instituto Latinoamericano de Salud Mental y
Derechos Humanos [ILAS]
Madariaga, C. (2003) Daño
transgeneracional en Chile. Apuntes para una conceptualización. Recuperado
el 19 de Julio de 2006, de http://www.redsalud-ddhh.dm.cl/revistas/Danotransgeneracionalenchile.pdf
Martín-Baró, I. (1990) Introducción.
En I. Martín-Baró (Ed.), Psicología
social de la guerra: trauma y terapia. (pp 13-19). San Salvador, El
Salvador: UCA Editores.
Scapusio, M. (2006)
Transgeneracionalidad del daño y memoria. En Reflexión. Derechos Humanos y salud mental. Patio 29: Retorno de la
incertidumbre (pp. 15-19). Nº 32, Julio 2006. Santiago de Chile: Ed.
CINTRAS.
Todorov, T. (2000) Los abusos de la memoria. España:
Ed. Paidós.
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